BUENOS AIRES.- La interna dentro de la Confederación General del Trabajo (CGT) se profundizó esta tarde con una decisión inesperada de Camioneros, el gremio que conducen Hugo y Pablo Moyano, que anunció que se retira del Consejo Directivo de la central obrera.
Con esta medida, en medio de sus complicaciones judiciales y enfrentado con el Gobierno, Hugo Moyano provocó la ruptura definitiva con el resto de los sindicatos por tener una postura más dialoguista.
La salida fue anunciada por Omar Pérez, quien en representación de Camioneros ocupaba la Secretaría Gremial de la CGT: "Prefiero caminar desnudo con la CTA que caminar con los funcionarios del FMI con sus trajes italianos", lanzó el gremialista, detalla Infobae.
Este episodio se produjo a solo dos días del plenario de secretarios generales de la CGT que se realizará este miércoles, al que Camioneros y otros gremios aliados a los Moyano no concurrirán. En diciembre, la UOM había tomado la misma decisión y en abril el gremio de Médicos hizo lo propio. Ahora se espera que los canillitas sigan sus pasos.
En diálogo con radio La 990, Pérez admitió que el no apoyo de la CGT por la multa que el Gobierno le aplicó a Camioneros pesó a la hora de tomar la decisión: "No vislumbramos la solidaridad. No han hecho las presentaciones correspondientes en la OIT. No se manifestaron internacionalmente ni en el campo nacional".
"Hugo Moyano tomó la decisión de retirarnos de forma definitiva. Nos vamos con tristeza, ni siquiera con bronca. Con preocupación y angustia. A nosotros nos costaba mucho estar sentados en esa mesa, en la que no hay resultados", agregó.
También dejó en claro la molestia por una serie de reuniones que mantuvo la central en las que Camioneros no fue consultado: "Surgen reuniones que no traen resultados y nosotros convalidamos esa reunión y no nos han dado la participación. Después del paro del 25 de junio, los 5 puntos que tenía la CGT como reclamo fueron dejados de lado. Eso es perder la brújula en cuanto al reclamo de los trabajadores".
Y completó: "Hubo reuniones con el Ministerio de Trabajo, con el jefe de Gabinete, con el FMI. Nosotros no estábamos de acuerdo en que participe la CGT de esa reunión porque se rompe la representatividad. La gran preocupación de los trabajadores era que esa reunión no se convierta en el síndrome de Estocolmo".